El ¨Toro¨era otra cosa

El Torino era otra cosa, cupé sin parantes, lineas agradables, proporcionadas, tablero de nogal, instrumental de aguja completísimo, tapizado de cuero y una terminación de lo mejor para la época. Hasta el escape oval o doble era anticonvencional. Todo eso sin contar el volante de madera y aluminio, la consola de cuero y nogal o la palanca de cambios que comandaba la caja ZF de cuatro velocidades sincronizadas, casi 180 de máxima para la versión 380 de un carburador Holley de una boca, y mas de 205 por hora para el 380W, con tres carburadores Weber horizontales. Fue la respuesta rebelde a todo lo que había entonces; llegó para mojar la oreja a los Fordistas y Chevroletistas. Por eso fue amado y odiado al mismo tiempo, incluso hoy a un cuarto de siglo.
Decir Torino es decir San Pedro TC, Gradassi, Copello, Gastón Perkins, Luis Di Palma, es hablar del surgimiento de Oreste Berta y su afirmación como mago. Es revivir las 84hs de Nürburgring y la creación de los Sport Prototipos que pelearon con los Porsche.
Era también facha en la calle, nervio en la ruta y levante seguro en el boliche.
En fin, el país automovilístico se dividió en un antes y en un después del Torino, todo cambió, y el punto de inflexión le correspondió a este auto.

2 comentarios:

  1. El Torino que produjo Ika-Renault en el 66 fué un éxito desde el inicio, era algo distinto a lo que se producía en la República Argentina, un auto que debutó ganando en TC comandado por Hector Luis Gradassi en San Pedro PBA con una preparación impecable de Orestes Berta. Ganó cuando nadie creía ni en el auto ni en sus conductores. Esperemos que algún día se produzca en nuestro país algo igual o mejor, con presencia internacional.

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  2. El Torino fue el sueño de jóvenes y también de viejos de fines de los años sesenta y de todo el setenta, deportivamente gano carreras a por mayor y fué un grato recuerdo de muchísima gente que gusta del automovilismo. Simplemente era una joya

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